sábado, 1 de enero de 2011

Una Fiesta de madrugada

 
 
Después de publicar la previa de la Rose Bowl le toca el turno a la Fiesta Bowl. La presencia de UConn le ha restado mucho hype a este partido, pero no deja de ser una major por lo que hay que tenerle respeto. El partido se jugará a las 2 de la madrugada del día 1, justo después del Torneo de las Rosas.

Los Oklahoma Sooners parten como grandes favoritos y no es porque hayan tenido su mejor temporada, si no porque tendrán enfrente al peor de los equipos que han accedido a una BCS Bowl. Su condición de campeones de la Big East les proporcionaba este premio. Muchos recordarán la Fiesta Bowl de 2007, cuando los Sooners se enfrentaban a unos desconocidos Broncos de Boise State, estos dieron la campanada venciendo en uno de los partidos más grandes que yo haya visto de este deporte.

Por supuesto que firmaría que eso mismo sucediese, pero creo que este año es diferente. Los Broncos de aquel año llegaban invictos y se habían ganado de pleno derecho su presencia en Glendale, pero los Huskies están aquí por contrato. Su record de 8 victorias y 4 derrotas fortalece mi argumento.

 
Historia:
 
Una de las cosas más bonitas de las bowls de College Football es conocer su historia. Si os aburre saltaros esta parte, pero creo que es algo precioso de conocer. La historia de la Fiesta Bowl es muy curiosa. No es tan antigua como la Rose Bowl que es casi centenaria. Esta nació en 1969 y se puede decir que el motivo fue el despecho.
La Western Atheltic Conference, es decir la WAC, estaba harta de que las bowls más importantes ignorasen a sus campeones (como en la actualidad) y decidió crear su propia bowl que permitiese al ganador de la Conferencia jugar contra algún equipo importante. En la primera edición Arizona State venció a Florida State para ser el primer campeón de la historia de la Fiesta Bowl. 
 
En 1978 con la marcha de las dos Arizonas a la Pac 10, la Fiesta Bowl rompió sus lazos con la WAC. En 2007 se jugó por primera vez en el recinto que actualemente alberga este evento, el University of Phoenix Stadium de Glendale, Arizona. El anterior estadio donde se disputaba este partido fue el Sun Devil Stadium de Temple.


 
Estadio:
 
Como acabáis de leer, el encuentro se disputa en el University of Phoenix Stadium de Glendale. Es una maravilla de la arquitectura y personalmente es uno de los estadios que más me gustan, por supuesto, no he estado en él, pero su apariencia es monumental. Además su estancia en medio del desierto le otorga algo especial.

Además de albergar anualmente la Fiesta Bowl, es el estadio de los Arizona Cardinals de la NFL y a pesar de su nombre, la Universidad de Phoenix no juega partidos allí. Costó 455 millones de dólares y tiene una capacidad para 63.400 espectadores, aunque esa cifra puede aumentarse a 72.000 en ocasiones especiales.



Fiesta Bowl 2011:
 
Mucha gente ha declarado que van a pasar de la Fiesta Bowl y que es muy inferior a la Capital One Bowl que se juega el mismo día entre Alabama y Michigan State. Puede que tengan razón, pero no se puede menospreciar de esa manera a una major. Es cierto que la presencia de UConn es injustificable y que el contrato que dice que el campeón de la Big East tiene billete automático para una grande no hay por donde cogerlo, hay equipos que se han quedado fuera después de hacer una temporada mucho mejor que la de los Huskies.

Pero las reglas de la competición están escritas mucho antes y con ello jugamos todos. El campeón de este partido quedará marcado para la historia y por ello hay que mantener el respeto hacia unos chavales que van a jugar el que posiblemente sea el partido más importante de sus vidas.


#7 Oklahoma Sooners (11-2)
 Los Sooners llegan a Glendale como campeones de la Big 12, tras derrotar a Nebraska en la final. Su temporada comenzó de forma prometedora adquiriendo el #1 de los rankings en el segundo mes de competición. Pero todas sus aspiraciones de proclamarse campeón nacional se vinieron abajo con su derrota ante Missouri en octubre, una nueva sorprendente derrota ante Texas A&M parecía que les eliminaba de toda opción por la lucha de la conferencia, pero un fuerte final con victorias ante Texas Tech, Baylor y Oklahoma State les dio el pase a la final, donde como ya he comentado antes derrotaron a Nebraska.

Su punto fuerte es el juego de ataque. En él cuentan con dos verdaderos playmakers capaces de sacar petróleo de cualquier situación. Son  el WR Ryan Broyles y el RB DeMarco Murray, ambos entre la élite nacional de sus posiciones. El QB Landry Jones está madurando cada vez más y no tiene nada que ver con el freshman nervioso e inexperto que tuvo que suplir a Sam Bradford la pasada temporada.

En defensa son un equipo fuerte y aguerrido, pero que intercala grandes actuaciones con errores imperdonables. Sus hombres más importantes son el DE Jeremy Beal, una auténtica máquina de placar que fue nombrado mejor jugador defensivo de la Big 12 y el LB Travis Lewis, un jugador bastante inteligente con unas capacidades atléticas al alcance de muy pocos.

Connecticut Huskies (8-4):
De no haber pertenecido a la Big East los Huskies se hubieran tenido que conformar con una bowl de medio pelo y no habrían tenido la suerte de disputar la Fiesta Bowl, pero eso es algo de lo que ya os he hablado y no quiero aburriros más.
De las cuatro derrotas, dos llegaron ante equipos fuera de su conferencia. En la primera jornada fueron superados claramente por Michigan con una actuación estelar de Denard Robinson y dos jornadas después fue Temple con el flamante nuevo coach de Miami, Al Golden, al cargo. Las otras dos derrotas fueron ante Rutgers en un partido igualado que se decidió con un FG de los Scarlet Knights en los últimos segundos, la siguiente semana sufrieron una auténtica paliza ante Lousiville que les derrotó 26-0. Parecía que la temporada acaba ahí, pero la victoria en la prórroga ante West Virginia y la posterior ante Pittsburgh los colocó en el mapa, tres victorias seguidas hicieron el resto.

Hablar de football en Connecticut en 2010 es hablar de Jordan Todman. El pequeño RB junior de los Huskies ha refrendado las buenas sensaciones que dio la temporada pasada alcanzando las 1.574 yardas y anotando 14 TD's por tierra que le han situado entre la élite nacional, siendo tan solo superado por el segundo clasificado en la votación del Heisman, LaMichael James.

Defensivamente UConn está situado en 48ª posición en total defense, permitiendo una media de 353 yardas por partido, una estadística que teniendo en cuenta que han jugado durante todo el año frente a rivales de la Big East no es algo muy halagüeño. Una de sus estrellas es el DB Blidi Wreh-Wilson, que ha conseguido 4 INT's durante la temporada, aunque el verdadero líder es el LB Sio Moore, que con 67 tackles solo lidera a los Huskies en este apartado.

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